La prevención, la intervención temprana y el
tratamiento clínico son indispensables para recuperarse de un trastorno de
alimentación. Por eso es importante que:
*
Observar si el/la adolescente: cuenta calorías y gramos de grasa obsesivamente,
si está siempre haciendo dieta, si su menstruación es irregular o no menstrúa,
si vomita o tira la comida en lugar de comérsela, si no puede parar de comer
cuando comienza, o si toma purgantes o pastillas diuréticas, si tiene caries,
si está demasiado preocupada con lo que come, su peso o su figura.
*
Conversar. Escuchar sus preocupaciones sin juzgarla; ponga el énfasis en su
salud física y emocional y no en su peso, talla o figura. Si le dice que quiera
hacer dieta, háblele de los peligros de las dietas excesivas e
innecesarias. Si está sobrepeso,
consulte con un profesional de la salud para orientación en cuanto a la manera
adecuada de controlar su peso.
*
Buscar ayuda. Ante la mera sospecha de un trastorno alimentario, hay que
actuar. No aceptar promesas de cambio de comportamiento, esto hace sólo que se
pierda tiempo. Sólo un profesional de la salud puede hacer un diagnóstico de un
desorden de alimentación y recomendar un tratamiento adecuado.
*
¡Cuidado! Muchos adolescentes obtienen información en Internet sobre cómo
mantener su condición bajo secreto.
* ¡Recuerde! Hay que evitar la crítica de la
figura a un o una adolescente, porque a esta edad son muy lábiles a cualquier
comentario favorable o desfavorable. Evitar las comparaciones con modelos de
belleza que no se adaptan a nuestra realidad de país, porque se crean expectativas
imposibles de cumplir con una alimentación sana.
Opinión: se debe tener en
cuenta lo que los adolescentes hacen para así evitar problemas en su salud
físico y mental, se debe observar, conversar, buscar ayuda, tener cuidado y recordar
que en eta etapa se debe buscar la ayuda profesional de un sicólogo.
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